La situación que estamos viviendo ha dejado al descubierto muchas de nuestras más grandes debilidades, entre ellas, la del liderazgo.
Desgraciadamente el liderazgo débil no solo nos está provocando pérdidas económicas o de proceso, nos está haciendo perder vidas. Temas tan sencillos como el correcto uso de EPP han sido la causa histórica de Incidentes de Seguridad, desde casi accidentes hasta muertes; y el día de hoy se elevan en escala a ser parte de la Salud Pública, pues los contagios y efectos del Covid-19 no se limitan a la empresa o al lugar de trabajo, sino a las familias, vecinos, amigos y prácticamente cualquier otra persona que se cruce por nuestro camino en el día a día.
El liderazgo débil no sólo procede de las personas que tienen gente a su cargo, procede de todas y cada una de las personas que conformamos las empresas y la sociedad. Comunicar de manera clara la necesidad de usar EPP (cubrebocas correctos, máscaras, guantes, etc) correcto para combatir el contagio es responsabilidad de TODOS. No esperemos que nuestros líderes políticos o empresariales nos solucionen el problema; el problema y solución está literalmente en nuestras manos:
- Compartan información de valor agregado, no notas sensacionalistas.
- Sean claros al exigir el uso de EPP correcto en donde quiera que se encuentren.
- Infórmense constantemente del tema, estén al pendiente de actualizaciones y verifiquen la información.
- Entrenen y Eduquen respecto al tema.
Seamos parte de la solución, no personas de liderazgo débil que se quejan de las malas decisiones de las personas con mayor jerarquía que nosotros. Dejemos de causar muertes por nuestra falta de carácter. Más del 70% de las muertes en America Latina por Covid-19 eran prevenibles; pero hemos dejado que nuestra falta de acción por temor a ser criticados se vuelva la mayor cómplice de los contagios y muertes.
Deja ya de ser cómplice de la muerte. Acepta y ejerce tu responsabilidad social. Utiliza y exige el uso de EPP adecuado. Toma en cuenta que a esa persona que se enojó y que te criticó por exigirle que se lavara las manos o por ponerse correctamente el cubrebocas, lo estás librando del contagio y de los efectos para el, su familia y todas y cada una de las personas que se cruzan en su camino diario.
¡Ejerce tu responsabilidad y deja de ser un líder débil!