Nunca he sido muy fanático de la revista Proceso. Su tono y modo de comunicar no son realmente de mi agrado. Pero mientras buscaba un momento de entretenimiento entre una de mis actividades de ocio, viendo mis canales favoritos de Youtube, me llamó la atención la imagen de una de las principales figuras políticas y mediáticas que pudiera recordar desde mi infancia. Diego Fernández de Cevallos, al igual que Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo y Cuahtémoc Cárdenas, son las primeras personalidades que conocí al tener mi primer acercamiento a la política del país. Y claro, era imposible que no supiera sus nombres, ya que, en 1994, cuando tenía 9 años, de todo lo que se hablaba era de la elección presidencial en la que, por primera vez, el PAN tenía una oportunidad “real” de ganar y quitar al PRI del poder, a través de la imagen del “Jefe Diego”.

Por alguna razón que desconozco, el video de la entrevista que ProcesoTV realizó al Jefe Diego hizo su aparición en mi lista de recomendaciones de Youtube; y al ser curioso por naturaleza, decidí ver los dos videos que componían la entrevista.

Diego Fernández de Cevallos ha sido un personaje un tanto enigmático para mí. Como mencioné anteriormente, mi primer acercamiento hacia él fue mientras todo el mundo (al menos el que me rodeaba en ese momento) lo visualizaba prácticamente como el salvador que vendría a cambiar la hegemonía priista. Convencidos de que Cuauhtémoc Cárdenas ya venía hacia abajo, después de haber dejado que Salinas de Gortari le tomara la presidencia de México, su credibilidad, se había venido a menos. El jefe Diego era la elección perfecta para proponer y hacer realidad el cambio que todo México esperaba. Pero como la historia ya lo ha escrito, Diego perdió las elecciones ante Ernesto Zedillo y el “cambio esperado” tendría que tardar 6 años más.

Evidentemente la mercadotecnia sencilla, por no decir barata, que ProcesoTV da a sus anuncios, prometía la verdad absoluta del Jefe Diego; revelaciones tan íntimas y nunca antes difundidas en un medio de comunicación masivo, que seguramente cambiarían la ideología y forma de ver la política del país. Sobra decir, que esto no fue así.

La “entrevista” realizada, permite a Jefe Diego expresarse acerca de temas polémicos pero que son tratados de manera muy superficial. En la primera parte, se habla de Peña Nieto, López Obrador, Felipe Calderón y Margarita Zavala, Ricardo Anaya y Vicente Fox; de quienes habla tanto temas positivos en los que concuerda o estuvo de acuerdo en su momento, como también de los puntos en los que está totalmente en contra. Diego se caracteriza por ser muy ácido en sus comentarios, por lo que sinceramente me hubiera esperado tratar temas mucho más específicos y “reveladores”, no solo obtener su opinión acerca de ellos. A pesar de ser en cierta medida, puntos de vista interesantes, no nos deja nada nuevo y se siente como un relleno muy forzado.

La segunda parte de la entrevista ahonda más en un tema que para mi es de mucho interés, ya que como lo mencioné al principio, el periodo de elecciones de 1994, fue mi primer acercamiento político durante una etapa muy relevante del país. Desgraciadamente y a pesar de que el Jefe Diego entra en un poco más de detalles sobre este periodo, su relación con Salinas de Gortari y su “enojo” con Emilio Azcárraga Milmo, la entrevista sigue siendo superflua y de muy poco valor agregado a cualquier que quiera conocer un poco más de la vida política del país. Más allá de esto, los videos dejan hablar a Diego en un tono completamente positivo hacia sus acciones y opiniones a lo largo de todo el periodo político del que se habla. Incluso al momento de describir su secuestro, se expresa de sí mismo cono un héroe, intachable y de un nivel de integridad que sólo un semidiós pudiera igualar.

Diego Fernández de Cevallos es un personaje que, a mi parecer, merece mucho estudio y análisis, ya que se ha mantenido vigente por muchos años dentro de la vida política del país, mientras dirige su propio despacho de abogados y que de manera recurrente se ha visto envuelto en escándalos relacionados al tráfico de influencias. Es por esto que esta entrevista realmente me decepciona. Dejaron que Diego se alabara a sí mismo y no lo cuestionaron de ninguna forma. Proceso, quien se digna de ser una publicación de izquierda, ha dejado atrás esa chispa que lo hizo grande y que mientras en 2010 hablaba del cómo el Jefe Diego se hizo millonario gracias a sus servicios al PRI, ahora sirve de simple comercial político para alguien que al parecer, quiere pintar de nuevo de una forma más presencial en el escenario político de este país. Triste intento “revelador” para quien no solo es ahora parte importante de la campaña presidencial de Anaya, sino que además, busca desde tras bambalinas, dar un último intento, posicionándose como uno de los últimos políticos hábiles y capaces que ha dado este país. ¿Quién sabe?, tal vez lo veamos tomar incluso una Secretaría de Gobernación en el próximo gobierno apartidista….. El tiempo lo dirá.

Que les sea leve.